La busqueda 04

Lilianne

El reloj marca cinco minutos para la media noche, Zerón realiza los últimos arreglos antes de partir, su amiga Lilianne, Lily como él cariñosamente le decía, estaba en el hospital agonizando y ahora solo había algo que podía hacer, aunque significara perderlo todo.

Lily había estado enferma durante mucho tiempo y era de las pocas personas que hablaban con él. Él como muchos otros magos ayudaba en el hospital, curando personas con sus habilidades a pesar de no ser muy bueno en ello pues la habilidades de Zerón eran algo distintas, él manejaba un arte diferente, un tipo de magia que había caído en el olvido y que lo hacia odiado por las personas, incluso entre aquellos de su propia profesión. Zerón era un hechicero del ánima, podía darle vida a objetos inanimados de toda clase, él no iba al hospital a curar enfermos sino a dar alegría y esperanza a las personas que ahí se encontraban, constantemente llevaba a los niños juguetes que él animaba con sus habilidades, lamentablemente solo los niños apreciaban sus habilidades, pues aún no desarrollaban las ideas que hacían que los demás lo despreciaran.

Lily tenia una enfermedad incurable y pasaba todo el día en el hospital, como no tenia esperanzas y su muerte era segura la mayoría de las personas la ignoraban, con excepción de Zerón quien había encontrado a alguien de su edad que no lo excluyera por lo que era, Lilianne incluso disfrutaba de su compañía cuando él le contaba historia increíbles para hacerla olvidar, aunque fuese por unos instantes, su enfermedad. Incluso un día Zerón le regalo una pequeña y linda muñeca encantada para que tuviera compañía cuando él no estaba.
Lily había enfermado mucho en los últimos días y su final estaba cerca. Cuando el dolor de Lilianne comenzó ha incrementarse le pidió a su único amigo que si la agonía se volvía insoportable, que él terminara con su vida pues ella había aceptado la muerte hace mucho y quería tener al menos una muerte sin dolor. Aquello estaba prohibido y en el hospital la dejarían agonizar hasta que la enfermedad la aniquilara, Zerón sabía que no podía curarla pero al menos podía evitarle el sufrimiento así que había accedido a la petición de Lily.

La hora había llegado y debe partir a cumplir su promesa. Al salir de la casa se encuentra con Grock, su leal sirviente y protector, posiblemente la más grande creación que había hecho, lamentablemente en esta ocasión no podía ayudarle ni acompañarlo. La caminata a la luz de la luna no es muy larga, a esta hora todos duermen tranquilamente, así que logra ingresar sin contratiempos y llegar hasta la habitación de Lily sin ningún problema.
Podía escuchar su inquieta respiración a través de la puerta, se arma de valor para lo que pensaba hacer y entra cuidadosamente en la habitación.
-Has venido- dice con dificultad Lily postrada en la cama y con una leve sonrisa en su rostro.
-¿Estas segura de esto?.
-Si- responde secamente.
Zerón se para junto a la cama y se prepara. Está por asesinar a la única persona que lo amaba, si era descubierto probablemente seria encerrado por mucho tiempo, pero aún así sabía que hacía lo correcto.
Se siente muy triste, no desea hacerlo, no desea perderla, por un breve instante ve la muñeca que le había regalado, posada entre sus frágiles brazos y le vuelve a la mente una idea que había tenido con anterioridad aunque terrible, vuelve a considerarla.
-Lilianne, si pudieras seguir viviendo sin importar como y en que forma, ¿lo aceptarías?- pregunto con gran seriedad.
-Por supuesto- Lily respondió extrañada por la pregunta.
Entonces estaba decidido, él no podía curar su cuerpo pero al menos trataría de salvar su alma. Hacer uso de tal magia estaba prohibido, era considerada necromancia, el arte arcano de manipular el alma y la carne de los vivos y muertos, era una magia terrible y abominable pero era única forma de salvarla o al menos a una parte de ella.
La necromancia desde hace muchos años fue prohibida y se libraron guerras para exterminar a quienes la practicaban, pero la magia que Zerón practicaba no se diferenciaba mucho de esta, incluso había hecho algo similar cuando creo a Grock. Estaba seguro de tener la capacidad de salvar a su amiga, pero le preocupaba si lograría tener éxito en su plan y aún más si podía sobrevivir a su realización.

Lentamente sus manos comenzaron a iluminarse con un brillo azulado, si fallaba ella tendría una muerte indolora, si tenia éxito la salvaría pero se condenaría a si mismo y a ella. Coloco una mano sobre la frente de Lily y con la mano izquierda tomo a la muñeca, cerro los ojos y rápidamente la luz en sus manos comenzó a incrementar su intensidad extendiéndose por el cuerpo de Lily, pronto todo su cuerpo brillaba con la arcana luz.
-No permitiré que mueras- es lo ultimo que Zerón dice.
Inmediatamente realiza un rápido movimiento con la  mano derecha y el cuarto se llena con una luz segadora por breves instantes.

Zerón se encuentra tirado sobre el piso, con dificultad logra levantar la cabeza para ver la cama, por un momento no logra ver nada, pero un instante después logra ver un pequeño movimiento, es la muñeca que había caído sobre la cama, él se arrastra hasta la pared y recarga su espalda contra ésta, la muñeca baja de la cama y camina hasta él.
-¿Que me has hecho?- Se escucha la voz de Lilianne, sin embargo no proviene de la cama sino de la muñeca.
-Uní tu alma a la muñeca que te había regalado, no debí haberlo hecho, pero no quería perderte-.
-Tienes razón, no debiste hacerlo, ¿como pudiste?, lo único que...
-Nadie... interrumpió Zerón. Nadie debe enterarse o ambos moriremos...
No alcanza terminar la frase cuando su visión se torna borrosa y queda inconsciente debido al cansancio.

-Despierta, levantate Zerón- Al abrir los ojos ya es de día, al voltear encuentra a una de los encargadas del hospital junto a él tratando de despertarlo.
-Debiste haberte quedado dormido mientras cuidabas a tu amiga- la encargada hizo una pausa.
-Lo siento, no se como decirlo, pero parece que ella murió mientras dormías.
Zerón no terminaba de despertar por completo cuando sintió algo entre sus manos, era la muñeca de Lilianne, instantáneamente regreso a su mente los recuerdos de todo lo sucedido anoche. Sin decir nada se levanto con dificultad y salio en silencio de la estancia, abandonando el hospital rumbo a su casa.

En el camino, Zerón aún reflexionaba sobre lo que había hecho y lo que ahora debía hacer, al ver que no había nadie cerca decidió hablar.
-Me perdonas Lily.
-Aún no lo se- se oyó la voz de Lilianne proviniendo de la muñeca, él se sintió en parte aliviado de saber que había tenido éxito.
-¿Por qué tuviste que hacerme esto?, ¿por qué no pudiste simplemente terminar con mi miseria?, en vez de prolongarla.
-Lilianne...te juro que encontrare la forma de solucionar mi error-

A los pocos días Zerón abandono su casa sin decir a donde iba, a nadie le sorprendió cuando se fue y tampoco a nadie pareció importarle. Zerón había usado la magia prohibida y se había condenado, no había marcha atrás, si ahora tendría que sumergirse más en el reino de lo maldito, entonces así lo haría con tal de recuperar a su amiga.