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En soledad 01

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Seigner's avatar
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Era un día mas en su vida y transcurría como cualquier otro, solitario una vez mas, desde la ocasión en que los habitantes de la aldea lo exiliaron en su intento por acabar con su vida. él ha vivido desde entonces en lo mas profundo del bosque. Sin marcharse por completo, solamente debido a la memoria de los días en los que vivió cerca del pueblo y podía observar a sus habitantes a plena luz del día.

Solo llego a conocer a alguien como dicen en carne y hueso, en la casa mas apartada  del pueblo, era la única casa lo suficiente cerca del bosque como para que pudiera tener un atisbo de lo que ahí sucedía con suficiente claridad mientras  que a su vez se refugiaba en la seguridad del bosque.

En la casa, que estaba casi rodeada por el bosque, vivían una señora de avanzada edad y una niña pequeña difícil de determinar su edad para quien nunca ha estado entre los hombres. La señora era pequeña y con la espalda ligeramente encorvada su cabello todavía parecía negro a pesar de las numerosas canas que poblaban su cabeza y en vez de lo que su edad podría aparentar era extremadamente activa y llena de vitalidad con la que trabajaba un pequeño huerto que tenia en el patio delantero, donde sembraba toda clase de hortalizas para si misma.

Nunca supo el como y porque la niña tuvo que vivir con esa señora solo recuerda haber visto un día desde el bosque a un hombre que la trajo, la niña se quedo pero el hombre se marcho,  desde entonces la pequeña niña de ese entonces se quedo en la casa.
Él podía suponer por lo que había visto y lo poco que entendía de los humanos que él era hijo de la anciana y que era padre de la niña. Para él muchas preguntas quedaban sin respuesta, la única que llego a obtener por lo que oía en el pueblo por la noche fue “guerra”. Una palabra que desconocía, sin embargo sabia que era la razón de la partida del padre así como de muchos otros hombres del pueblo.

Un día cuando llego a la casa de la anciana algo extraño sucedía, ella se encontraba muy cerca del bosque en la parte trasera de la casa y se encontraba constante mente mirando el bosque y caminando erraticamente alrededor de la linea de los arboles, todo eso con obvias señales de preocupación y miedo. Él no podía entender lo que estaba sucediendo hasta que noto que la niña no estaba y además oía como la pobre anciana nerviosamente pronunciaba la palabra “bosque”entre muchas otras de las cuales desconocía su significado, él sabia que esta era la forma que usaban para nombrar toda el área llena de arboles donde él habitaba y donde pocos se aventuraban a entrar. Entonces se dio cuenta, la niña debió perderse en el bosque y la señora no se atrevía a buscarla.

Sabia que nadie se atrevería a buscarla, entonces un sentimiento desconocido le dicto que debía ser él quien hiciera algo. Conocía lo peligroso que podía llegar a ser el bosque, él había vivido ahí toda su vida y a pesar del odio que le tenían los humanos él no sentía lo mismo y no podía permitir que uno se lastimara en su bosque.
Dio media vuelta y dirigió su andar hacia el bosque, al río mas cercano. Si ella había llegado tan lejos desde ahí seria mas fácil seguir sus huellas. Se movía con gran rapidez pero su caminar era muy silencioso y casi imperceptible, cuando finalmente llego al río el cual bajaba desde las montañas en las profundidades del bosque, para luego pasar cerca del pueblo y regresar al bosque. Ahí en el lecho del río encontró pequeñas hullas en la tierra húmeda hechas por unos pies desnudos que sin duda pertenecían a la niña. Estas parecían seguir el cause del río. Lamentablemente ese no era un buen camino ya que el río se adentraba mas en el bosque y finalmente descendía en una grieta y continuaba su camino bajo tierra, si este era el camino que había tomado entonces terminaría perdida irremediablemente.

Cuando él la encontrara, que podría hacer para regresarla a su hogar, no lo sabia, esta era la duda que revoloteaba en su mente. Transcurridas interminables horas de búsqueda, la luz comenzaba a menguar y el día se transformaba rápidamente en noche.
Cuando la noche hubo caído en toda su plenitud pensó que seria de la niña en ese instante, perdida en el bosque y en la obscuridad total puesto que las nubes cubrían la luz de la luna. En ese momento, en él que  empezó a temer que algo le hubiese pasado a la niña, la encontró.
La hallo recostada durmiendo plácidamente contra un gran árbol, en lo que parecería una paz y tranquilidad absolutas, envuelta por el velo de la noche. Podía ver a la niña claramente a través de la obscuridad, iluminada por la tenue luz de la luna que se filtraba entre el follaje y las nubes que comenzaban a disiparse. Sabia que debía llevarla al pueblo, pero no sabia como, sin embargo en ese momento esa idea se desvaneció opacada por la curiosidad que ahora tenia al tener a uno de esos seres que tanto había observado y que ahora estaba a su alcance.
Se acerco lentamente para poder observar a la pequeña niña, nunca había estado tan cerca de una persona y gracias a un designio de destino las nubes se habían desvanecido por completo y la luna ahora le permitía verla con claridad. Estaba descalza y usaba un vestido largo, que en la noche brillaba con una tenue tonalidad azulada y hubiese resultado imposible decir cual era su color real. Se inclino cuidadosamente sobre ella para poder verla detenidamente, sus largos cabellos caían tapando parcialmente su rostro el cual era de una tonalidad clara. Mientras que sus cabellos, de un tono castaño obscuro eran largos y delgados. Su complexión no era fuerte y mas bien parecía delicada y frágil. En contraste con el duro cuerpo que la naturaleza a él le había otorgado.
Se acerco lentamente, mucho mas de lo que hubiera considerado razonable. Pero en ese momento su curiosidad dominaba sobre cualquier sentimiento de prudencia o cautela. Se acerco lo suficiente como para que casi la tocara y podía escuchar claramente su respiración conforme ella proseguía con su sueño. Se encontraba en el bosque que los demás aldeanos temían tanto y aun así se había quedado dormida con tanta tranquilidad.

Entonces algo sucedió. Lentamente abrió sus ojos mostrando su color ámbar que a la luz de la luna se veían como un gris plateado brillante. Sin duda lo primero que ella vio fue a aquel ser observándola a escasos centímetros de distancia. Sin embargo su reacción no fue lo que él esperaba, no mostró miedo ni terror. En cambio lentamente estiro su pequeña mano para tocarlo, instintivamente él retrocedió ocultándose tras la vegetación. Sus encuentros con humanos nunca habían sido del todo agradables, no existía problema si era él quien los observaba, pero nunca podía permitirse el ser visto, ya que las reacciones al ser descubierto siempre habían sido de violencia o temor.
- Quien esta ahí – pregunto la niña, mientras terminaba de despertar por completo.
Solo para ver la silueta de aquel ser que la contemplaba desde las sombras. Solo cuando sus ojos se acostumbraron mejor a la luz de la luna fue que pudo ver con detenimiento que quien estaba con ella no era una persona.
- No tengas miedo, no te haré daño -  dijo la niña.
Era curioso pensó él, que dijera algo así puesto que difícilmente hubiera  podido asustarlo y mucho menos hacerle daño.
Sorprendido de que no le tuviera miedo, aun pensaba que lo mas importante era que la niña regresase a su hogar puesto que el bosque podía ser un lugar peligroso.

Al ver que ella no le temía se acerco lentamente, además de una leve sorpresa debido a su tamaño la niña no se inmuto. Trato  de empujarla con la idea de que ella lo siguiera y así guiarla a su casa, pero ella no se movió, estaba demasiado cansada como para poder seguir caminando. Después de todo ya se habían adentrado mucho en el bosque y comenzaba ha hacer frío.

Ya era tarde y la noche se hacia cada vez mas fría conforme la temperatura bajaba y el viento soplaba con mas fuerza. Ella apenas y podía mantenerse quieta y temblaba constantemente. Él no sentía demasiado frío, así que se acostó a su lado para bloquear la mayor parte del gélido viento.
- Gracias - fue lo ultimo que la niña dijo, en un quedo murmullo antes de quedarse profundamente dormida.
Él permaneció en vigía una considerable parte de la noche por si algún animal salvaje se acercaba,  pero finalmente también se entrego al reino de los sueños.
Esta es una reedición de un viejo escrito, ahora lo subiré por capítulos para que la lectura sea mas fácil y también corregí muchos errores de estilo y gramaticales.

Espero que les guste.
Comments2
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ENDK's avatar
orale me gustaria ver el dibujo del ser ke protege a la niña... me imagine toda la escena...